jueves, 8 de diciembre de 2011

GRACIA Y ALEGRÍA




La fe del profeta nos regala palabras para acercarnos al misterio de Dios en nosotros: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios; porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas”.
Considera, Iglesia amada del Señor, quiénes son los que dicen “desbordo de gozo con el Señor”, y verás que se trata de “la estirpe que bendijo el Señor”.
Y por qué dicen, “desbordo de gozo con el Señor”. Lo dicen porque la palabra del Señor anuncia “la buena noticia a los pobres”, porque Dios ha ungido a su enviado “para curar los corazones desgarrados, proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar un año de gracia del Señor… para consolar a los afligidos, para dar a los afligidos de Sión una diadema en lugar de cenizas, perfume de fiesta en lugar de duelo, un vestido de alabanza en lugar de un espíritu abatido”.
Ahora empiezas a conocer nombres y rostros de “la estirpe que bendijo el Señor”: hombres y mujeres de corazón desgarrado, cautivos, prisioneros, los afligidos de Sión.
La fe lo intuía desde el primer momento: nuestro canto de entrada era el canto de María de Nazaret, la esclava del Señor, el canto de la mujer humillada, el canto de la mujer agraciada, el canto de la mujer redimida y embellecida de pureza inmaculada: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios; porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas”.
No dejes, Iglesia redimida y santificada, no dejes de entrar hoy en el corazón de tu Madre para sondear los motivos de su gozo: Su Dios se ha fijado en la pequeñez de su esclava, su Dios ha hecho obras grandes por ella: La llenó de gracia, la llenó de su Espíritu, la llenó de su Hijo, la habitó enamorado de ella… la quiso concebida sin mancha de pecado, Inmaculada en su concepción, Inmaculada en el tiempo, Inmaculada para la eternidad.
A medida que te adentres en el misterio de tu Madre, estarás abriendo la puerta que conduce a tu propio misterio, pues tú eres comunidad de cautivos amnistiados, de prisioneros liberados, de pecadores perdonados, de afligidos consolados, de pequeños enaltecidos, de pobres amados, de hombres y mujeres que la gracia de Dios visitó, que el Espíritu de Dios penetró, que el Hijo de Dios redimió, sólo porque Dios nos amó y quiso habitar en nosotros por el amor.
Éstos son los motivos de tu gozo y de tu canto. Por eso puedes decir con tu Madre María y con todos los pobres del Señor: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios; porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas”.
Tú, que has conocido como pobre el amor de tu Dios, no dejes de hacer presente ese amor entre los pobres: Les habrás abierto la puerta de la alegría, porque les habrás descubierto el mundo de la gracia. También ellos dirán entonces: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios; porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas”.
Hoy viene a nosotros el Ungido, el Enviado, el Redentor, el Salvador. Hoy nos visita la fuente de la gracia, Cristo el Señor, hoy nos envuelve la belleza de Dios. Feliz día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.



Fr. Santiago Agrelo Arzobispo de Tánger





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viernes, 25 de noviembre de 2011

EL ALMA SE ELEVA AL SEÑOR POR LA CONFIANZA, Y PIDE QUE EL SEÑOR BAJE A ELLA POR EL AMOR:







Empezamos el Año litúrgico, y lo hacemos con cuatro semanas de preparación para la venida del Señor. Preparamos así su advenimiento a nosotros en los pobres, en el secreto de la oración, en la Eucaristía, en el tiempo de Navidad, al final de los tiempos.
Éstas son las primeras palabras de nuestra misa dominical: “A ti, Señor, levanto mi alma: Dios mío, en ti confío”.
Es como si el espíritu del tiempo de Adviento se concentrase en el canto de entrada de nuestra celebración eucarística: preparamos la venida del Señor proyectando hacia él todo nuestro ser porque confiamos en él.
El alma, todo tú, todo yo, se aparta de la tierra que no puede apagar nuestra ansia de justicia, de santidad, de amor, y la levantamos a Dios que es todo amor, santidad y justicia.
El alma se levanta de la tierra al cielo, y lo hace con las alas que le da la confianza en el Señor: Voy a ti, Señor, porque confío en ti.
Confías en tu Dios, no porque lo que tú eres, sino por lo que él es: “Tú, Señor, eres nuestro padre; tu nombre de siempre es «nuestro redentor»”.
Confías, y levantas el alma; confías, y te vuelves a tu Dios. Confías, y le pides que se vuelva hacia ti; confías, y derramas delante de tu Dios tu corazón: “¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!”; “Señor, Dios nuestro, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve”. Confías, y esperas la gracia y la paz de parte de Dios; confías y aguardas la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
La fe te dice, el corazón te dice, el Señor te dice que la venida de aquel a quien esperas, a quien deseas, a quien amas, es venida misteriosa de la que no conoces el momento. De ahí la necesidad de mantener el alma levantada al cielo y todo tu ser en vela sobre la tierra: “Velad, porque no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa”.
Velad para recibir a Cristo, escucharlo, amarlo, cuidarlo en los pobres, en la oración, en su palabra, en la comunión eucarística, en la comunidad eclesial, en la Navidad, en la hora de la muerte, en el día del encuentro final.
Si así lo recibís, habréis encontrado el amor, la santidad y la justicia.


+Fr. Santiago Agrelo Martínez


Arzobispo de Tánger


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martes, 4 de octubre de 2011

SAN FRANCISCO 2011




Para la Vida con Dios, San Francisco nos dice:
Hermanos todos: guardémonos mucho de perder o apartar del Señor nuestra mente y corazón bajo pretexto de alguna recompensa, u obra o ayuda. Ruego, en la santa caridad que es Dios (cf. 1Jn 4,16), a todos los hermanos, tanto ministros como a los otros, que removido todo impedimento y pospuesta toda preocupación y solicitud, del mejor modo que puedan, hagan servir, amar, honrar y adorar al Señor Dios con corazón limpio y mente pura, que es lo que él busca sobre todas las cosas; y hagámosle siempre allí habitación y morada (cf. Jn 14,23).
RegNB XXII, 25-28

Para la Vida fraterna, nuestro Padre nos señala:
Y todos los hermanos guárdense de calumniar y de contiendas de palabra (cf. 2 Tim 2,14); empéñense, más bien, en guardar silencio siempre que Dios les conceda la gracia. Y no litiguen entre sí ni con otros, sino procuren responder humildemente, diciendo: siervo inútil soy (cf. Lc 17,10). Y no se irriten, porque todo el que se irrite contra su hermano, será reo en el juicio. Y ámense mutuamente, como dice el Señor (Jn 15,12). Y muestren por las obras (cf. Sant 2,18) el amor que se tienen mutuamente, como dice el Apóstol: no amemos de palabra y de boca, sino de obra y de verdad (1Jn 3,18).
RegNB XI, 1-6

Para la Vida apostólica San Francisco nos indica:
Aconsejo de veras, amonesto y exhorto a mis hermanos en el Señor Jesucristo que, cuando van por el mundo, no litiguen ni contiendan con palabras (cf. 2 Tim 2,14), ni juzguen a los otros; sino sean apacibles, pacíficos y moderados, mansos y humildes, hablando a todos honestamente, como conviene. Y no deben cabalgar, a no ser que se vean obligados por una manifiesta necesidad o enfermedad. En cualquier casa en que entren, primero digan: Paz a esta casa (cf. Lc 10,5). Y, según el santo Evangelio, séales lícito comer de todos los manjares que les ofrezcan (cf. Lc 10,8).

RegB III, 10-14

Con mis mejores deseos de Paz y Bien,
Feliz Fiesta de San Francisco 2011
en el VIII Centenario de la Fundación de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara.


Fr. Joaquín Domínguez Serna, OFM.
Ministro
Provincia Bética Franciscana



lunes, 15 de agosto de 2011

A LAS DAMAS POBRES DE SANTA CLARA




Queridas hermanas: Paz y Bien.
Anticipándose a la luz de la mañana, iluminó nuestro corazón la luz de la oración contemplativa. La madre Iglesia, con palabras simples, nos ayudó a acercarnos al misterio de la gracia de Dios en la hermana Clara, y nosotros, admirando lo que veíamos, atraídos por el mismo amor que a ella la sedujo, hemos puesto delante del Señor la ofrenda de nuestra vida, con la certeza de que él hará hermoso lo que nos ha pedido que le ofrezcamos.
Imitemos, queridas, como niños, lo que vemos en nuestra Madre.
Considerad de quién tiene sed, a quién busca, en quién descansa, de dónde recibe la luz que ilumina su rostro. La hallaréis siempre con su Señor, unida a su Señor, apegada con todas las fibras del corazón a Cristo, esplendor de la gloria eterna, reflejo de la luz perpetua y espejo sin mancha.
En el espejo que es Cristo, la hermana Clara vio resplandecer la bienaventurada pobreza, la santa humildad y la inefable caridad. Lo vio y lo imitó; lo contemplado se le hizo forma de vida; lo amado la transformó.
En Cristo también nosotros nos hemos de mirar continuamente, de modo que la gracia llegue a transformarnos en lo que vemos.
Que el año jubilar de la consagración de Clara a su divino Esposo y Señor, sea para toda la familia franciscana, y de modo muy especial para las Damas pobres, un tiempo de gracia que, por la alegría de la pobreza, por la santidad de la humildad, por el milagro de la caridad, se prolongue hasta la vida eterna.
El Señor os bendiga, hermanas mías.

+Fr. Santiago Agrelo
Arzobispo de Tánger OFM

jueves, 28 de julio de 2011

SANTA MARÍA DE LOS ÁNGELES CUNA DE LA ORDEN FRANCISCANA Conocida también como la porciúncula:(pequeña porción)



FIESTA 2 DE AGOSTO

A 5 km de Asís, Italia, en el valle, se encuentra Santa María de los Angeles, hermosa basílica construida sobre LA PORCIUNCULA.


La pequeña capilla de la Porciúncula fue donde San Francisco fundó la Orden de los Frailes Menores en el 1209, confiándola a la protección de la Virgen Madre de Cristo, a quien le ha sido dedicada la iglesia.


Recibió de los Benedictinos la capilla para hacerlos centro de su comunidad.


_ Aquí vivió San Francisco con sus primeros hermanos.


_ El 28 de marzo de 1211 Clara de Favarone de Offreduccio, recibió aquí el hábito religioso de manos de San Francisco, dando inicio a la Orden de las Damas Pobres (Clarisas).



_ En el 1216, en una visión, Francisco obtuvo de mismo Jesús la indulgencia conocida como "la indulgencia de la Porciúncula" o "el Perdón de Asís", la cual fue aprobada por el papa Honorio III.



_ Aquí san Francisco reunía cada año a sus frailes en los capítulos (reuniones generales).
_ Aquí murió san Francisco.


INDULGENCIA DE LA PORCIÚNCULA
En 1216 a las afueras de Asís,Italia,en una capillita de cuyo nombre Santa María de los ángeles de la porciúncula.En el silencio de la noche Francisco imploraba a Dios todopoderoso que tuviera misericordia de sus muchos pecados,pues se consideraba el ser más pecador de la tierra.Luego una dulce y gentil paz,la maravillosa paz del Señor llegó a su alma y le dijo"Francisco tus pecados han sido perdonados",desde entonces por la gratitud que sentía,ardía un deseo apasionado de obtener el mismo favor celestial por todos los pecadores arrepentidos.


Así obtuvo Francisco en aquella visión del mismo Jesús la indulgencia del perdón,conocida actualmente,como la indulgencia "del perdón de Asís".La cual le fue aprobada oralmente por el Papa Honorio III,bajo la garantía de la Santísima Virgen.desde entonces los Sumos pontífices confirmaron sucesivamente y extendieron a numerosas otras Iglesias franciscanas de todo el mundo la célebre indulgencia "del perdón de Asís".Por estos gloriosos recuerdos la familia franciscana celebra con gozo el 2 de agosto la fiesta de Santa María de los Angeles de la porciúncula como cuna de la orden franciscana.


Aquellas presonas que estén interesadas en obtener la indulgencia "del perdón de Asís" el dos de agosto,las condiciones son las prescritas para las indulgencias planarias.Puede obtener para uno mismo o por los fifuntos.

Consiste en:
- Visita a una Iglesia franciscana,rezo de un Padre Nuestro y Credo

- Confesión Sacramental y Santa Comunión

-Orar por las intensiones del Papa.




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domingo, 19 de junio de 2011

IMPORTANCIA DE LA VIDA CONTEMPLATIVA





La vida contemplativa es vida de oración, silencio, trabajo y penitencia, ofrecidos constantemente a Dios por la salvación del mundo entero. Actualmente, existen en el mundo alrededor de 3.520 conventos con unas 75.000 religiosas contemplativas.

Pero su fuerza y su fundamento está en el AMOR. AMOR con mayúscula, porque Dios es AMOR y sin Dios no hay AMOR y el amor sin Dios no es verdadero amor. La vida contemplativa es vida de AMOR, viene del AMOR y tiende a proyectarse en AMOR a todos los hombres. Por eso, podemos decir sin temor a equivocarnos que el AMOR (DIOS) es capaz de hacerlas las personas más felices del mundo.

La Iglesia misma ha reconocido su validez en el mundo actual y la sigue recomendando y confirmando en muchos de sus documentos como uno de los mejores caminos para llegar a la santidad, es decir al AMOR. Veamos lo que nos dice el Papa Juan Pablo II: "la opinión pública e, incluso, desgraciadamente a veces, muchos cristianos se ven tentados a considerar la vida contemplativa como una evasión de lo real, una actividad anacrónica e incluso inútil, pero lo que es locura a los ojos del mundo es sabiduría en el Espíritu Santo. No intentéis justificaros. Todo amor, desde el momento que es auténtico, lleva en sí mismo su justificación" (Lisieux , 2-Junio-80).

"La Iglesia sabe muy bien que vuestra vida silenciosa y apartada en la soledad del claustro es fermento de renovación y de presencia del Espíritu de Cristo en el mundo. Hoy vuestra vida tiene más importancia que nunca, vuestra consagración total es de plena actualidad en un mundo, que va perdiendo el sentido de lo divino ante la supervaloración de lo material; vosotras, queridas religiosas, comprometidas desde vuestros claustros, sed testigos del Señor para el mundo de hoy: infundid con vuestra oración un nuevo soplo de vida en la Iglesia y en el hombre actual" (A las religiosas contemplativas de Mexico).

Hoy día, como hace dos mil años, la vida contemplativa sigue teniendo sentido. No es algo superado. No son seres inútiles encerrados de por vida para no hacer nada por los demás. La oración es más valiosa al mundo que el trabajo material, además las religiosas se ganan la vida con el trabajo de sus manos. Siguen el lema de san Benito: "ora et labora", ora y trabaja. Y todo esto hecho en un clima de silencio y paz que ayuda al encuentro con Dios. Dios es amigo del silencio y debemos buscar a Dios en el silencio, buscar momentos para estar a solas con El, que es Amor para amarle con todo el corazón. Incluso, en el tráfago y ruido de nuestras ciudades modernas debemos hacer un pequeño desierto en nuestro corazón para olvidarnos de los que nos rodean y centrarnos en Dios que habita en los más intimo de nuestro ser. Ya decía san Agustín: Dios es más íntimo que los más íntimo de nosotros mismos y más superior que lo más supremo de nosotros mismos.

Que el silencio, la oración y el trabajo nos ayuden a encontrarnos con el Dios del AMOR. Son valores que nuestras hermanas contemplativas nos enseñan y que debemos pedir por intercesión de María, la mujer silenciosa y trabajadora, que vivió del AMOR y para el AMOR, en comunión permanente con Jesús.


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APRENDER A DIOS EN DIOS





Dios es amor. No se conforme la Iglesia con decirlo. No te conformes con creerlo. Entra en el misterio, acércate al amor con que te aman, aprende el amor con que has de amar.
Porque Dios es amor, la Iglesia confiesa que sólo puede ser Uno, pues el amor es vínculo de perfecta unidad. Pero, iluminada por la palabra de la revelación, al proclamar la fe en la verdadera y eterna divinidad, la Iglesia adora a Dios Padre, con su único Hijo y el Espíritu Santo, tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en su dignidad.
He pedido palabras a la liturgia para decirte de lo indecible. Pero has de buscar en la memoria de la fe otras palabras que te ayuden a entrar en el misterio que confiesas, a gustar lo que se te conceda conocer, a contar lo que allí se te haya concedido gustar.
No se entra en el misterio de Dios por la fuerza de la deducción lógica, sino por la gracia del encuentro amoroso. Sólo el amor abre el cielo para que oigas y veas, para que conozcas y creas, para que gustes y ames.
Se te ha dado conocer el amor del Padre al Hijo: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”. Se te ha concedido saber del amor que el Padre te tiene a ti: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Te han llamado a morar en el amor que has conocido: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor”.
Ya sabes dónde has de aprender a Dios, para conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar su unidad todopoderosa: a Dios lo aprendes en Cristo Jesús. Nadie va al Padre, si no va por Jesús. Nadie recibe el Espíritu, si no lo recibe de Jesús. Quien ha visto a Jesús, ha visto al Padre, porque Jesús está en el Padre, y el Padre está en Jesús.
En Cristo Jesús aprendes este misterio santo, que no es sólo de Dios, sino que, por el amor que Dios te tiene, es también tu misterio: “Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros”.
A ti, por la fe, se te ha dado beber de la eterna fuente que es la Trinidad Santa, pues el Hijo de Dios salió del Padre y vino al mundo, salió de Dios y vino a ti: creíste en él para salvarte, bebiste en él para tener vida eterna.
A ti, por la fe, se te ha dado volver con el Hijo a la eterna fuente de la que Él ha nacido, de la que Él había salido. Ya no podrás hablar del Hijo de Dios sin hablar de ti, pues Él no quiso volver al Padre sin llevarte consigo.
Considera dónde moras, en qué fuego tu zarza arde ya sin consumirse, en qué infinito caudal se apaga tu sed de eternidad, y deja que el deseo de Dios te mueva hasta que te pierdas en el Amor.
Y mientras no llega para ti la hora del deseo apagado, entra en el tiempo divino de la Eucaristía, y habrás entrado por el sacramento en la eterna fuente que mana y corre.
Allí aprenderás a Dios; allí conocerás la gracia del Hijo, el amor del Padre, la comunión del Espíritu; allí, con Cristo y con los hermanos, imitarás el misterio de la divina unidad, para tener, con todos, un mismo sentir, un solo corazón, un alma sola.
Desde dentro de la fuente llegan a tu corazón palabras para nombrarla: “Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, rico en clemencia y lealtad”.
Imita lo que nombras, y, de ese modo, por la puerta humilde de tu compasión y tu misericordia, los pobres aprenderán en ti el misterio de Dios.



Fr. Santiago Agrelo Martínez

Arzobispo de Tánger




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domingo, 5 de junio de 2011

COMUNICACIONES SOCIALES Y NUEVA EVANGELIZACIÓN

Por monseñor Juan del río Martín









Los Medios de Comunicación Social (MCS) significan hoy, ante todo, un fenómeno cultural y social, que configura la sociedad moderna y, en mayor medida, la futura. Constituyen un campo inmenso, que va desde los medios clásicos de prensa, radio, televisión, hasta los nuevos instrumentos técnicos como es Internet. Los MCS han alcanzado tal importancia que, para muchos, son el principal instrumento informativo y formativo, de orientación e inspiración para los comportamientos individuales, familiares y sociales.

Representa uno de los grandes retos para la Iglesia, y por sus enormes posibilidades aparece como uno de los escenarios de la nueva evangelización que es abordado en los Lineamenta para el próximo Sínodo de los Obispos: “no existe lugar en el mundo que no pueda ser alcanzado…por el influjo de la cultura de los medios de comunicación y de la cultura digital, cada vez más se estructura como el “lugar” de la vida pública y de la experiencia social… En tal contexto, la nueva evangelización exige a los cristianos la audacia de estar presentes en estos “nuevos areópagos”, buscando los instrumentos y los caminos para hacer comprensibles, también en estos lugares ultramundanos, el patrimonio de educación y de sabiduría custodiado por la tradición cristiana” (nº 6).

El mensaje de Benedicto XVI para la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales a celebrar el próximo día 5 de junio lleva por título: “Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital”. El Papa ha querido centrar su atención en el fenómeno característico de nuestro tiempo como es la propagación de la comunicación a través de las redes sociales en Internet. Alguno puede verse sorprendido por el tema elegido y preguntarse: ¿qué puede decir la Iglesia sobre esta nueva tecnología de difusión de la información?

Los primero que se debe reconocer es que las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma y por lo tanto estamos ante una vasta trasformación cultural. La era digital no es sólo un modo de difundir conocimientos e información, sino que es sobre todo una nueva manera de pensar y aprender, ampliando incalculablemente el horizonte de relaciones humanas y de los lazos de comunión entre las personas.

Internet es un medio de comunicación con una enorme potencialidad para seguir evangelizando y llegar a cualquier rincón del mundo. Si la Iglesia hubiese sido timorata cuando apareció la imprenta de Gutenberg, la historia de la evangelización sería hoy muy distinta. Por eso, la Iglesia debe hacerse presente y encontradiza ahora, en el ciberespacio, con los hombres y mujeres del siglo XXI. “Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos…sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio”.

De ahí, que no debería olvidarse de que Internet es un medio, no un fin en sí mismo y que, como cualquier instrumento, puede ser utilizado para lo bueno y para lo malo. Por ello, se deberá usar de un modo informado y disciplinado, con propósitos moralmente buenos. Los padres deberían supervisar el uso que sus hijos hacen de Internet. Los educadores e instituciones de niños y jóvenes tendrían que proporcionar programas educativos y formativos, con vistas al uso inteligente de Internet, no abarcando sólo la parte técnica, sino enseñando a adquirir una capacidad para evaluar los contenidos de modo informado y sagaz.

La difusión de esta cultura trae consigo indudable beneficios conocidos por todos. Sin embargo, no debe ocultarse los riesgos del fomento de una concentración egocéntrica sobre sí mismo y sólo en las necesidades individuales. Por eso mismo, Benedicto XVI se pregunta: “¿Quién es mi prójimo en este nuevo mundo?...el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida” Además, En esta cultura predomina lo efímero, lo inmediato la apariencia, dando como resultado una sociedad incapaz de tener memoria de sí misma y de futuro. Surge pues, la gran cuestión: ¿Puede el hombre empapado de esta sabiduría digital creer propiamente en el anuncio de la verdad salvadora de Cristo? ¿Siente el hombre de Internet, de las redes sociales, de los bloggers la necesidad de ser salvado? ¿Cómo hacer la propuesta cristiana en ese mundo?
Por monseñor Juan Del Río Martín

Para responder a estas grandes cuestiones, la nueva evangelización requiere la capacidad de saber dar razón de la propia fe. Sólo a través de hombres tocados por Dios, Dios puede retornar a los hombres. Debemos partir de la credibilidad de nuestra vida de creyentes y de nuestra convicción de que la gracia actúa y transforma hasta el punto de convertir el corazón y las culturas. También el hombre cibernético tiene ansia de verdad y de autenticidad que no lo colma las redes, sino que necesariamente tiene que venir de Alguien que está fuera y que tiene poder para superar cualquier mundo virtual. Por ello dice el Papa: “La verdad de Cristo es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales”

/// PARA LEER EL MENSAJE COMPLETO INGRESE A:
http://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=353


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domingo, 15 de mayo de 2011

800 AÑOS DE LA CONSAGRACION DE CLARA DE ASÍS AL SEÑOR Y NACIMIENTO DE LAS HERMANAS POBRES DE SANTA CLARA







Celebración de la Apertura del Año Jubilar en Santa Clara de Zafra (Badajoz)


Aunque la Comunidad ya lo había celebrado privadamente el Domingo de Ramos, introduciendo en la Liturgia lo que se permitía, el día 8 de Mayo tuvimos la apertura de la Celebración –de cara al público- del VIII Centenario de la Consagración de Santa Clara, el nacimiento de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara.
Tras muchas horas de ensayo, reuniones del Equipo de Liturgia, etc. a las 20h daba comienzo la procesión que precedía a la Eucaristía, saliendo desde la sacristía y entrando por la puerta principal de la Iglesia.
Iba en primer lugar, el estandarte de la Orden Franciscana Seglar, portado por uno de sus miembros; seguido, el Cristo de San Damián, llevado por la postulante y la reliquia de nuestra Madre Santa Clara portada poruna hermana. Le acompañan las Hermanas Franciscanas seglares y seguido, las hermanas de Comunidad y nuestro hermano franciscano Fr. Manuel Muñoz García que precedía la Eucaristía, junto con Dn Pedro García Carvajal que concelebró con él. La Iglesia estaba abarrotada de numeroso público que se unía a nuestra alegría y acción de gracias al Señor por este evento tan importante para nosotras.
En la Homilía, Fr. Manuel resalto el nacimiento de un carisma singular para la Iglesia, surgido como “don del Espíritu Santo, para mejorar la calidad de la fe cristiana de la Iglesia. Explicó también nuestro hermano, cómo la misma llamada unía a Francisco y a Clara, y, como ella echó “leña al fuego” para que la familia franciscana llegara a ser una realidad. Hizo alusión al Evangelio diciendo que, tanto Francisco como Clara, encontraron a Jesús en el camino de sus vidas (como los dos de Emaús).
Terminó haciendo reflexionar a la gente, sobre la gracia que una Comunidad de Clarisas supone para el pueblo... e invitándonos a nosotras a renovar el compromiso vocacional que hemos recibido.
En la procesión de ofrendas en las que participaron las hermanas de las dos Órdenes, además del Pan y el Vino, se presentaron incienso, vela, la Regla y flores.
Terminada la Eucaristía, se procedió a besar la Reliquia de nuestra Madre y el Cristo de San Damián por el numeroso público.
Al día siguiente, lunes, culminamos la celebración compartiendo la mañana y la comida con la fraternidad de nuestros hermanos de Mérida, en un ambiente entrañable donde intercambiamos impresiones, entre alegres diálogos, donde se percibían la sencillez, entrega y minoridad que el Espíritu Santo nos ha regalado.
A continuación de la comida, volvimos a la sala de labor para bendecir la Imagen del Sagrado Corazón de Jesús, con una sencilla celebración, quedando entronizada...

En alabanza de Cristo. Amén













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domingo, 1 de mayo de 2011

martes, 26 de abril de 2011

LA PAZ DE CRISTO RESUCITADO ESTÉ CON VOSOTROS




¡El Señor ha resucitado! No se aparte de él la mirada de la fe.
El Espíritu de Dios ha removido en la noche la piedra que cerraba la sepultura, la de Jesús y la nuestra, y sobre el mundo, sometido hasta aquella hora a la esclavitud de la muerte, amanece, con Cristo resucitado, la luz de la vida.
Mira a tu Señor, asómbrate de su luz, alégrate de su vida, ama al que tanto te amó, al que por ti se entregó, al que abrió delante de ti el camino de la esperanza.
Mira, alégrate, ama: “Éste es el que cubrió a la muerte de confusión y dejó sumido al demonio en el llanto… Éste es el que derrotó a la iniquidad y a la injusticia… Éste es el que nos sacó de la servidumbre a la libertad, de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida, de la tiranía al recinto eterno… Él es la Pascua de nuestra salvación” (Melitón de Sardes).
Mira, alégrate, ama: Verás con cuánto amor te buscó, oveja perdida, el buen Pastor de quien te habías ausentado. Verás con cuánta humildad se puso a tus pies y te lavó el que te preparaba para que tuvieses parte con él. Verás con qué mansedumbre se dejó sacrificar por ti este Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el que “marcó nuestras almas con su propio Espíritu, y los miembros de nuestro cuerpo con su sangre” (Melitón de Sardes).
Mira, alégrate, ama, Iglesia cuerpo de Cristo, pues la misericordia del Señor ha llenado tu tierra, él te escogió como heredad suya, él se fijó en tu sufrimiento, en tu esclavitud, en tu llanto, y vino a ti, humilde, para salvarte.
Mira, alégrate, ama, Iglesia mártir de la fe, Iglesia perseguida, Iglesia humillada, Iglesia de los que tienen hambre, Iglesia de los arrancados por la injusticia a su tierra, a su familia, a su vida, Iglesia de los enfermos, de los abandonados, de los marginados, de los empobrecidos, mira, alégrate y ama, pues a ti, atada como Isaac sobre el altar de la muerte, tu Dios, en su Hijo muerto y resucitado, te ha abierto el sendero de la vida.
Mira, alégrate, ama. Une tu voz a la de Cristo en la hora de su resurrección, y que resuene en el cielo el eco de vuestro canto: “El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación”.
Resuene en la tierra y en el cielo el Aleluya pascual, pues “hoy nuestro Salvador destruyó las puertas y las cerraduras del imperio de la muerte, destruyó la cárcel del abismo y arruinó el poder del enemigo”.
¡Cristo ha resucitado!
Mira, alégrate, ama, Iglesia que celebras la Resurrección de tu Señor, pues de Cristo resucitado es la palabra que escuchas en tu eucaristía, con Cristo es con quien en ella comulgas, y a Cristo es a quien amas cuando escuchas y recibes a sus pobres.
Feliz Pascua, Iglesia cuerpo de Cristo.

┼ Fr. Santiago Agrelo Martínez
Arzobispo de Tánger





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domingo, 10 de abril de 2011

UNA CUESTIÓN DE AMOR. DOMINGO V DE CUARESMA


“Desde lo hondo a ti grito, Señor”. La hondura desde la que gritaba el salmista era la del pecado. Hoy, sus palabras son entregadas por la fe a los empobrecidos de la tierra, a los derrotados por la vida, a quienes todo lo han perdido, a náufragos de la esperanza, a los que duermen ya como los muertos. El salmo sube ahora desde el abismo de la muerte. Y es en esa hondura donde resuenan las palabras de la profecía: “Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío”. Es en esa oscuridad de los sepulcros donde vemos que brilla la luz del evangelio: “Yo soy la resurrección y la vida”. Tu Dios, Dios de derrotados, empobrecidos, desterrados y muertos, te ha llamado “pueblo mío”, y ha encerrado en un posesivo de afecto toda la ternura que cabe en el cielo. “Pueblo mío”: lo puede decir con verdad el que sacó de Egipto a su pueblo. “Pueblo mío”: te lo dice el que promete abrir mañana tus sepulcros como abrió ayer el mar al paso de tus hijos. “Pueblo mío”: te lo dice tu Dios, porque sólo tu Dios te lo puede decir. El que, con palabras de promesa, te había dicho: “Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío”, el mismo te dice ahora con palabras de evangelio: “Yo soy la resurrección y la vida”. Hoy, como en un espejo, has visto que Jesús abría desde afuera el sepulcro de su amigo Lázaro. En la Pascua, cuando todo quedará cumplido y se te revele la verdad, sabrás que él, tu Señor, ha abierto desde adentro todos los sepulcros. Entonces reconocerás que tu Dios se ha hecho solidario contigo en la muerte para hacerte con él partícipe de su vida. Profecía y evangelio te ayudan a comprender lo que has vivido en la pila bautismal, y desvelan el misterio de lo que vas a vivir en la eucaristía dominical. Hoy en la eucaristía, como un día en el Bautismo, te encuentras con la resurrección y la vida que es Cristo Jesús. Él ha comulgado tu muerte por el amor con que se encarnó, y tú comulgas su vida por la gracia de la fe con que lo acoges. El te dice, por el amor: “¡Pueblo mío!” Y tú le dices, por la fe: “Señor mío y Dios mío”. Reconoce a Cristo en la Escritura que proclamas, en la Eucaristía que consagras y recibes, en la comunidad con la que oras, en el pobre con el que te encuentras. Reconócelo y acógelo, y habrás recibido la resurrección y la vida. Sólo el amor de Dios puede abrir los sepulcros y los abre desde dentro. Una Pascua es siempre una cuestión de amor. Feliz domingo.


+ Fr. Santiago Agrelo Martínez

Arzobispo de Tánger


Edita: Edelweiss

jueves, 10 de marzo de 2011

ORACIÓN, AYUNO Y MISERICORDIA SON INSEPARABLES



Tres son, hermanos, los resortes que hacen que la fe se mantenga firme, la devoción sea constante, y la virtud permanente. Estos tres resortes son: la oración, el ayuno y la misericordia. Porque la oración llama, el ayuno intercede, la misericordia recibe. Oración, misericordia y ayuno constituyen una sola y única cosa, y se vitalizan recíprocamente.
El ayuno, en efecto, es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Que nadie trate de dividirlos, pues no pueden separarse. Quien posee uno solo de los tres, si al mismo tiempo no posee los otros, no posee ninguno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le súplica.
Que el que ayuna entienda bien lo que es el ayuno; que preste atención al hambriento quien quiere que Dios preste atención a su hambre; que se compadezca quien espera misericordia; que tenga piedad quien la busca; que responda quien desea que Dios le responda a é1. Es un indigno suplicante quien pide para si lo que niega a otro.
Díctate a ti mismo la norma de la misericordia, de acuerdo con la manera, la cantidad y la rapidez con que quieres que tengan misericordia contigo. Compadécete tan pronto como quisieras que los otros se compadezcan de ti.
En consecuencia, la oración, la misericordia y el ayuno deben ser como un único intercesor en favor nuestro ante Dios, una única llamada, una única y triple petición.
Recobremos con ayunos lo que perdimos por el desprecio; inmolemos nuestras almas con ayunos, porque no hay nada mejor que podamos ofrecer a Dios, de acuerdo con lo que el profeta dice: Mi sacrificio es un espíritu quebrantado: un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias. Hombre, ofrece a Dios tu alma, y ofrece la oblación del ayuno, para que sea una hostia pura, un sacrificio santo, una víctima viviente, provechosa para ti y acepta a Dios. Quien no dé esto a Dios no tendrá excusa, porque no hay nadie que no se posea a si mismo para darse.
Mas, para que estas ofrendas sean aceptadas, tiene que venir después la misericordia; el ayuno no germina si la misericordia no lo riega, el ayuno se torna infructuoso si la misericordia no lo fecundiza: lo que es la lluvia para la tierra, eso mismo es la misericordia para el ayuno. Por más que perfeccione su corazón, purifique su carne, desarraigue los vicios y siembre las virtudes, como no produzca caudales de misericordia, el que ayuna no cosechará fruto alguno.
Tú que ayunas, piensa que tu campo queda en ayunas si ayuna tu misericordia; lo que siembras en misericordia, eso mismo rebosará en tu granero. Para que no pierdas a fuerza de guardar, recoge a fuerza de repartir; al dar al pobre, te haces limosna a ti mismo: porque lo que dejes de dar a otro no lo tendrás tampoco para ti.


Edita: Edelweiss

domingo, 6 de febrero de 2011

VOVOTROS SOIS LA LUZ DEL MUNDO




“La Palabra que era la luz verdadera que alumbra a todo hombre”, dice a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo”.
La Palabra ilumina a todos viniendo al mundo. Los discípulos de la Palabra han de iluminar estando en el mundo.
La Palabra no es del mundo, sino de Dios. Y no son del mundo los discípulos, sino de la Palabra y del Padre que la pronuncia.
Hoy, en la celebración eucarística, escuchamos al Señor que dice: “Vosotros sois la luz del mundo”, y comulgamos con el Señor que es la luz del mundo.
Escuchas, crees, comulgas, y sabes que tu luz es la luz de Cristo que brilla en tus pensamientos, en tus palabras, en tus sentimientos, en tu rostro, en tus gestos, en tus obras, en tu vida.
Escuchas, crees, comulgas, y sabes que ser luz, como ser Cristo, no es sólo lo que la gracia y la fe han hecho de ti, sino que es también tu vocación, lo que la gracia y la fe han de completar en ti.
Entra en el misterio de tu vocación, que es el misterio de tu comunión con Cristo: “Vosotros sois la luz del mundo”.
No lo sois por poderosos, no lo sois por sabios, no lo sois por vuestras riquezas, no lo sois por vuestro ingenio. Sois luz porque estáis en el mundo como el que sirve, como discípulos de la Luz que dijo de sí misma: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos”.Sois luz porque, como Jesús, habéis sido ungidos por el Espíritu Santo y habéis sido enviados “a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista”.
Ahora escucha las palabras del profeta: “Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo… Entonces romperá tu luz como la aurora… Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”.
Hoy, la sencilla declaración evangélica: “Vosotros sois la luz del mundo”, es un envío en misión al mundo de tinieblas en que viven los pobres.
Feliz domingo.

+ Fr. Santiago Agrelo Martínez OFM

Arzobispo de Tánger


Edita: Edelweiss


miércoles, 2 de febrero de 2011

LA VIDA CONSAGRADA, CANDELA DE JESUCRISTO

¡Alegre la mañana! Hoy es el día de las Candelas, la festividad litúrgica de la Presentación del Niño Jesús en el templo y de la purificación de su Santísima Madre. Hoy la Iglesia católica celebra el día de la Vida Consagrada, de los religiosos y religiosas y de los miembros de las sociedades de vida apostólica, que son, en todo el mundo, cerca de un millón de personas.

En España, hay 6.500 comunidades de vida consagrada, integrados por 10.000 religiosos y 36.000 religiosas. A ellos hay que sumar otras 3.600 personas –jóvenes en su gran mayoría- en proceso de formación y de preparación para emitir los votos. Además la vida consagrada en España cuenta con una vanguardia misionera que es un orgullo de nuestra Iglesia: más de 15.000 misioneros que desempeñan su labor en países en desarrollo y llevan a cabo una admirable obra de evangelización y de apuesta por los derechos humanos. El 31,9% de la vida religiosa española trabaja en la enseñanza; el 22,4 % en la sanidad; el 18,5% en la pastoral social; un 15,7 % en tareas pastorales en general; y el restante 10% en formación.

La aportación más específica de la vida religiosa a la Iglesia es su propia consagración que es ya, en sí misma, una preciosa misión. Quiere ser testigo de Jesucristo, pobre, casto y obediente, el servicio de Reino. En este sentido lo más valioso de la vida consagrada no es lo que hace (que hace mucho) sino lo que es y significa en el seno de la Iglesia.

“Si tu vida es Cristo, manifiéstalo” (Filp 1,21) Los consagrados, testigos del amor de Dios en el mundo” es el lema en España para este Día de la Vida Consagrada. Pretende resumir la vocación más específica de la vida religiosa en la Iglesia: ser testigos de Cristo, testigos del amor de Dios en toda circunstancia y al servicio de todos los hombres y mujeres, especialmente de los más pobres.

Buen día de las Candelas para todos, amigos, especialmente para los Consagrados. Son reflejo de la luz de Cristo porque su vida es Cristo y así lo manifiestan. Demos gracias a Dios por ellos y con ellos.




miércoles, 19 de enero de 2011

ACOGIDA DE LA CRUZ Y EL ICONO DE LA VIRGEN, DE LA J.M.J.



Hemos abierto con gozo, la puertas de nuestro Monasterio de Santa maría del Valle en el que vivimos las 20 Hermanas Pobres de Santa Clara, para acoger la CRUZ Y EL ICONO DE LA VIRGEN, que va a presidir la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (J.M.J., que como sabéis se celebrará del 15 al 21 de Agosto, en Madrid, con la presencia de su Santidad el Papa Benedicto XVI.

Curiosamente, en poco tiempo, hemos recibido la Cruz de Cristo por tres motivos memorables:

En dos ocasiones anteriores, la cruz de Cristo; de nominada de San Damián, estrechamente vinculada a la vocación de San Francisco y de Santa Clara y al origen del Carisma y la familia franciscana...

Hoy recibimos la misma Cruz de cristo, vinculada al origen del Cristianismo y a la vocación cristiana.

Agradecemos que en este recorrido de ambientación y preparación para la Jornada Mundial de la Juventud, hayas contado con nosotras, dedicadas a la Vida Contemplativa, que por vocación, carisma y espiritualidad estamos en la Oración íntimamente unidas a los anhelos y preocupaciones de los jóvenes y las necesidades de nuestro mundo.

Os comunicamos que, mañana, día 19, de 12.00h a 13.00h, tendremos una Celebración de la Palabra en torno al significado de la cruz de cristo y la Presencia de María en nuestras vidas. En esta celebración también tendremos presente, la intención de la Iglesia de orar por la Unión de los cristianos:
Para que permanezcamos unidos en la enseñanza de los Apóstoles, en la Comunión fraterna y en la Fracción del Pan y en la Oración.

Fraternidad de Hermanas Pobres de Santa Clara.
ZAFRA (Badajoz)









ORACIÓN PARA PEDIR POR LOS JÓVENES

Padre Dios:
Desde la confianza que nos da tu
Cercanía entrañable en el Espíritu,
Desde nuestro hermano y amigo Jesús,
Te pedimos por todos los jóvenes,
Esperanza cierta de nuestra Iglesia
Y de nuestra sociedad.

Acrecienta en ellos la pasión por la vida
Y abre sus corazones a
La Buena Noticia del Evangelio.
Que descubran en su historia personal
Y en el mensaje de Jesús,
Un camino de realización plena.
Que transformen nuestro mundo
En el mundo que tú has soñado para nosotros.

Alienta los esfuerzos de tu Iglesia
Y de sus catequistas y animadores,
Llamados a trabajar en comunión,
Para que, dejando que los jóvenes sean los
Protagonistas de sus procesos,
Les acompañemos y hagamos posible
su encuentro contigo, Dios de la vida

Bajo la mirada de María,
Ponemos sus vidas
Y los deseos de nuestra Iglesia para este año,
En que nos unimos a la
Jornada Mundial de la Juventud.
Que ella, Madre de los jóvenes,
Nos ayude a construir juntos el Reino
Desde el servicio, la alegría y la esperanza.
Amén