sábado, 19 de enero de 2008

SEÑOR, ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA?



La vocación nace del Amor y lleva al Amor,
Porque “el hombre no puede vivir sin Amor”.

“Me dirijo a todos vosotros, queridos jóvenes.
Dejaos interpelar por el Amor de Cristo.
Reconoced su Voz,
Que resuena en el templo de vuestro corazón.
Acoged su mirada luminosa y penetrante,
Que abre los caminos de vuestra vida
A los horizontes de la misión de la Iglesia.
Este mundo,
Atormentado por transformaciones a menudo lacerantes,
Necesita más que nunca el testimonio
De hombres y mujeres de buena voluntad,
De vidas consagradas
A los más altos y sagrados valores espirituales,
A fin de que a nuestro tiempo no le falte
La luz de las más altas elevadas conquistas del espíritu.

No tengáis miedo de la radicalidad de sus exigencias,
Porque Jesús, que os amó primero,
Está dispuesto a daros todo cuanto os pide.
Si os exige mucho, es porque sabe que podéis dar mucho.

Jóvenes, ayudad a la Iglesia
Para conservar joven el mundo.
Responded a la cultura de la muerte
Con la cultura de la vida.

Juan Pablo II