sábado, 2 de mayo de 2015

MES DE MAYO, MES DE NUESTRA MADRE

Hay en la Madre de Dios una admirable apropiación del ministerio de la mediación, sea por nuestra parte, sea por la parte de su divino Hijo, sea, finalmente por su propia parte.
1º Por nuestra parte. En efecto, no hay nada en ella que sea temible: es una pura criatura. En ella la divinidad no existe en ningún grado. Y como no tiene divinidad, no está en ella el ejercer la justicia. Dependiente de Dios, como nosotros, es nuestra hermana; podemos recurrir a ella sin ningún temor y comenzar de alguna manera, así, el aprendizaje de la confianza hacia su hijo.
2º Por parte de ese Hijo, por Medio de María se puede esperar todo; porque es la más perfecta y la más elevada de las criaturas, que tiene una relación necesaria con Dios, y que no está –oso decirlo así – menos unida a la humanidad de su divino hijo que lo que esta humanidad está unida a la divinidad
3º Por su parte, finalmente, ella es Madre y, maravillo recurso, Madre de las dos partes: Madre de Dios, Madre de los hombres; que puede obtener todo como Madre de Dios, que quiere conceder todo como Madre de los hombres, y por tanto más autorizada e interesada incluso a concurrir de esta manera en nuestra salvación, que fue por este único fin que fue elegida y al que debe su gloriosa Maternidad (Aug. Nicolas).
(Aciprensa)
                            (Edita Edelweis)

martes, 28 de octubre de 2014

MADRE DEL AMOR HERMOSO

Madre del amor hermoso, virgen de la pureza
de la misericordia y de la ternura. Señora del
amor limpio y casto. Bendice a nuestros niños,
a nuestros jóvenes, a los solteros o casados.
Haznos dóciles a imitar tu generosidad.


Enséñanos a caminar en la fidelidad al
Evangelio para que la palabra Orada, Encarnada, Celebrada y Testimoniada, sea vivida en el corazón de cada familia en la fidelidad y respeto de los esposos, en la comprensión y formación de los hijos, en la actitud valerosa y perseverante de los jóvenes para saber vencer las tentaciones del presente y encaminar sus vidas hacia la plenitud de la gracia.

Madre del Amor Hermoso, míranos con ojos
de misericordia, que nuestras familias y
matrimonios conserven siempre la pureza y
juventud del amor conyugal.
Que tu Hijo, el Amor Hermoso, sea siempre la
Luz que ilumine nuestras relaciones personales
y encienda en nosotros el fuego eterno del Amor.

¡Madre del Amor Hermoso: en tu presencia caminamos
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


                       Publica Edelweiss

lunes, 12 de agosto de 2013

“ Os bendigo en mi vida y después de mi muerte, en cuanto puedo y más aún de lo que puedo, con todas las bendiciones con que el Padre de las misericordias bendijo a sus hijos e hijas y los bendecirá en el cielo y en la tierra. El Señor esté siempre con vosotras y vosotras estéis siempre con Él. ”