Stephanie Garza, de 25 años, por su trabajo al servicio de padres de familia.
(ZENIT.org-El Observador).- Una joven de 25 años de edad, Stephanie Garza, fue elegida este año para recibir el Cardinal Bernardin New Leadership Award por su notable trabajo a favor de padres de familia inmigrantes a través del Southwest Organizing Project (SWOP) en Chicago.
El obispo Roger P. Morin, presidente del subcomité de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD) de la Conferencia del Episcopado de los Estados Unidos (USCCB), fue el encargado de presentar el premio y el perfil de la galardonada este año.
"Stephanie --señaló el obispo Morin-- es un ejemplo claro de un liderazgo juvenil inspirado por la fe, para ayudar a gente de bajos recursos a que trabajen en conjunto para enfrentar las causas de la pobreza en su comunidad; su testimonio nos inspira a todos"
El prelado estadounidense señaló que Garza trabaja en el SWOP, una organización civil que recibe recursos de la CCHD para ayudar a padres de familia inmigrantes a involucrarse con sus hijos en temas que tienen que ver con las causas de la pobreza de su comunidad. Hasta ahora el programa está vigente y funcionando en cuatro escuelas públicas de educación elemental en la zona deprimida del sureste de Chicago.
Stephanie Garza es hija de padre mexicano inmigrante y de madre mexicana-estadounidense; es ella el motor del programa que, sobre todo, involucra a madres inmigrantes para convertirlas en líderes del desarrollo "que hablen y actúen por sí mismas y por sus necesidades para que la gente de bajos ingresos puede hacer el cambio en sus comunidades".
Además, Garza es un miembro muy activo de la Campaña Católica para una Reforma Migratoria en la Arquidiócesis de Chicago, donde realiza jornadas pastorales en las parroquias para explicar la necesidad de una reforma migratoria integral basada en el Evangelio y en los valores que se desprenden de la Doctrina Social de la Iglesia.
También ha desempeñado un papel determinante en campañas diocesanas como son los retiros bilingües, las celebraciones de Corpus Christi y el mantenimiento de una relación de correspondencia entre parroquias de inmigrantes y parroquias de no-inmigrantes.
"Una gran cantidad de familias de inmigrantes se siente, realmente, aisladas; el proceso de encontrar soluciones comienza en crearles relaciones humanas; como católicos, necesitamos consolidar familias y comunidades, necesitamos actuar con nuestra fe para abogar unos por otros", dijo Stephanie Garza al recibir el premio el pasado lunes en Baltimore, durante la Asamblea General de Otoño de la USCCB.