viernes, 13 de marzo de 2009

EL VALOR DEL SILENCIO


¡Cuánto nos cuesta la reflexión! Se nos impone vivir desde afuera, se nos dice en que tenemos que divertirnos, trabajar, ... nuestra vida está llena de ruido. El cine, la radio, la televisión, el deporte, las fiestas ... nos hacen vivir contra reloj en una absurda precipitación que nos destruye. En medio de todo, no tenemos tiempo para reflexionar. Y nuestra vida va a la deriva.
Esta noche es un alto en el camino. Detenganse un momento esta noche, sólo esta noche. ¿Donde va tu vida? Lo que pienses esta noche, y mañana, puede cambiar el resto de tu vida. Las ideas que Dios ponga en tu mente esta noche te pueden hacer ir por la vida con los ojos bien abiertos y con un camino recto a seguir.
Por eso es muy importante detenerse, reflexionar. Lo que sean tus ideas será tu vida. Y las ideas se forman cuando piensas. Esta noche pregúúntate: ¿Qué pasa en mi vida? ¿Por qué cambio tanto? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué quiero hacer con mi vida?
Silencio. Momentos en que te vuelves sobre ti mismo para examinar tus ideas y afirmarte máás en los verdaderos y auténticos criterios. Lleno de ruidos y de actividad, no piensas. ¡Párate un momento esta noche, al menos esta noche y enfrentate con tu yo sinceramente!
Nos da miedo el silencio. Nos disgusta porque nos duele algo dentro. ¿Sabes que nos duele? Nos duele que vamos por la vida sin sentido. Nos encontramos tan vacios, tan cobardes, que necesitamos hacer ruido como el niño que canta cuando está en la oscuridad.
No tengas miedo esta noche y haz silencio. ¡Verás cuanto bien va a hacer a toda tu vida! ¡Verás como vas a escuchar lo que Dios te dice en tu interior! ¡Verás como se enciende una luz en tu interior que te iluminaráá para siempre! ¡¡Cómo fecunda el silencio!
Esta noche, en el silencio de tu habitación encontrarás paz para tus reflexiones. Allí está Dios que te hablarááal corazón y te dirá: Escucha y pon tu corazón atento al vuelo de tu espíritu. No es preciso huir del mundo y fingir que todo a tu alrededor ha desaparecido. Contemplar es percibir el reflejo de Dios en todo. En todas las cosas hay una huella caliente de Dios. Empieza a descubrir esta noche esa huella de Dios en tu vida.
Haz la prueba, y verás cómo sales renovado de ese silencio. No será perder el tiempo esas horas en que te encuentras contigo mismo. Vas a almacenar energía para enfrentarte con las tempestades de la vida. Acude a Dios en busca de ayuda. Pregunta al cielo esta noche cual es su mensaje.
A Dios se le oye mejor en el silencio y ... ¡Si supieras que inmenso deseo tiene Dios de hablarte! Detrás del silencio te espera Dios. Le sentirás presente cuando olvidado de la hipocresia de este mundo, desnudo de la careta y del fingimiento, te abras y llames a las cosas por su nombre.
Pero todo detrás del silencio. Grandes hombres encontraron en el silencio los resortes más poderosos de su actividad. El desierto fue siempre fecundo. Busca tú un desierto en tu existencia; un lugar solitario donde puedas hacerte dueño de tu vida, donde puedas cada día, como un hombre puede hacerlo, examinar tu conciencia.
La máxima hipocresía es la del joven que se engaña a sí mismo. ¿De qué te sirve ocultarte tu dolencia? ¿Para qué intentas callar tu conciencia con exterioridades? Es inutil. Tu problema se hace máás grande a cada instante. Enfrentate noblemente contigo mismo en la soledad de tu yo.
¡Qué poco es el tiempo que dedicamos a escucharnos a nosotros mismos! Escuchamos música por horas, platicamos todo el día con unos y otros, ... ¡Y no podemos dedicar y rato a escucharnos a nosotros mismos! ¿Qué es lo que nos pasa? ¿Porque somos como somos? ¿Que es lo que queremos hacer con nuestra vida? ¿Hacia donde nos dirigimos?
Esta noche vamos ha hacer todos juntos una noche de silencio. Vamos a respetar el silencio de los demás. Vamos todos a escuchar el silencio.
Edita: Edelweiss